... entre mi impaciencia y tu desconcierto, el ramo de rosas que me regalaste lo destrocé en pétalos sobre tu pecho y encima de esa manta roja estuve toda la noche deslizándome, sin importarme dónde caían los labios, sin preocuparme de dónde estaba tu piel, vestida de deseo, envuelta en pétalos rojos, y sin distinguir tu olor del de ellos.
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Hace 1 semana
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